Una de las acepciones de la definición del adjetivo “divino” en el diccionario de la RAE es “muy excelente, extraordinariamente primoroso” además de la de “perteneciente o relativo a dios”. Eso es lo que apreciamos en Divino Steak House localizado en O Burgo (A Coruña) y que es uno de los grandes templos carnívoros que podemos encontrar en el panorama gastronómico internacional. De hecho, lo de “steak house” le viene al pelo pues muestra su vocación de ser reconocido más allá de nuestras fronteras. Como también de más allá de nuestras fronteras, los hermanos José Luís y Leo llegaron, más concretamente desde Argentina, para establecerse y comenzar desde cero poniendo en práctica todos los conocimientos sobre asados en su país de origen.

Concretamente, su padre abandonó su Ordes natal años antes buscando fortuna y llegó a abrir dos restaurantes al otro lado del Atlántico. Lo curioso, es que con el paso del tiempo, en vez de especializarse en el recetario gaucho han cerrado el círculo y todas sus carnes de vacuno mayor y buey proceden de razas autóctonas gallegas como la Frisona, Rubia Gallega o Cachena.

Entrar en el local, sito en la antigua estación de ferrocarril, recién remodelado y decorado con sencillez y gusto, es todo un espectáculo. Y es que nada más atravesar la puerta nos recibe una cámara de maduración, donde están expuestos todos los chuletones con su raza y peso para que al comensal se le haga muy difícil la elección. Parece como si estuviéramos ante el escaparate de una joyería de lujo. Tal recibimiento no nos hace dudar que aquí ¡el chuletón es el rey! Y el buey es la divinidad como lo era Apis para los antiguos egipcios. Los dos hermanos se reparten el trabajo, un poco más en sala José Luís y al mando de la parrilla Leo. Como expertos, están de acuerdo de que además de la raza, la alimentación de las reses es tan fundamental como la edad, la maduración o el asado incluido el tipo de leña o carbón. Podríamos decir que sus chuletones se hacen en los prados. Y como digo, los dos hermanos no tienen ninguna duda a la hora de manejar estos parámetros para alcanzar resultados excelentes, siempre buscando la sostenibilidad y autenticidad de las razas.

Nada más sentarnos, nos viene el carrito de los postres pero cargado de chuletones ya atemperados. Como estamos en una estación a ellos les gusta llamarlo “el vagón”. Hay que seguir sus recomendaciones, pues la primera de todas está impresa de manera graciosa en las camisetas y dice #menos de 1Kg. es carpaccio!!! Lo habitual son piezas a partir de más menos 2 Kg. para compartir. A partir de ahí, nos sumergimos en el mundo de cortes, razas, tamaños, maduraciones… como digo, mejor dejarse guiar pues aunque sea la primera visita, te van a recomendar como si conocieran tus gustos de toda la vida. Ya se sabe, no han perdido ese aire de psicólogo que llevan dentro todos los argentinos. Una vez elegido el chuletón, primero lo atemperan en la parrilla, que han encendido con antelación quemando en un horno una mezcla de leña y carbón y algún toque secreto más.

Mientras, como hicimos nosotros, podemos disfrutar de una fantástica cecina de buey con queso de vaca que ellos mismos eligen y que curan durante más de 18 meses en Astorga bajo su supervisión. El steak tartar, es casi obligatorio pedirlo si os gusta el tuétano. Viene presentado en un hueso pasado por la parrilla, y es de solomillo de vaca premium con un aderezo muy cuidado. Las tostadas, por supuesto han pasado por la brasa. Y si os atrevéis con algo más, las mollejas tienen un punto crujiente y ahumado, pero a la vez muy jugoso. Por supuesto, que si queremos unas volandeiras, navajas, berberechos, pulpo, pescado del día… lo vamos a encontrar, siempre pasados por las brasas en su justa medida.

Pero continuemos con nuestro chuletón. Antes de pasar por las brasas, nos traerán un pequeño carpaccio del mismo para que apreciemos las características de la carne que hemos elegido antes de ser acariciada por el calor de las brasas. ¿El punto? Dejárselo a Leo pues si os gusta un poco más hecho tendréis en la mesa un plato para darles vosotros el que más os guste. A mí, personalmente, me fascinó el punto que le dan, tirando a crudo, para apreciar los sabores de la carne, la jugosidad, la ternura y los toques ahumados. Mi favorito, el buey, aunque la vaca premium con distintas maduraciones e infiltraciones de grasa ponen, como decía, la elección muy difícil. Bueno, ya veis la pinta.

La acompañamos de unas patatas fritas, una fresca ensalada de tomates y unos estupendos pimientos del piquillo confitados, además de un vino, tinto en este caso, pues José Luís cuida de una selecta bodega en la que tienen cabida muchos tintos gallegos y excelentes Riberas del Duero o incluso Champagne.

Por cierto, que tiene unos maridajes increíbles de coupages blancos gallegos con carnes como la cecina. De postre, os recomiendo el huevo, para compartir. El cercano y distendido servicio de sala, al mando de José Luís, nos ofrecerá unos estupendos gin tonics, espumosos o espirituosos premium para finalizar este banquete de dioses en el que Leo como maestro parrillero y su equipo se han implicado a fondo.

Esta cultura del esfuerzo, trabajo y dedicación ha llevado a estos dos hermanos a que su proyecto, iniciado con mucha ilusión, sea todo un referente en el mundo de las selectas carnes premium y que hayan recibido galardones que le hacen preservar la ilusión para mantener un hueco privilegiado en el top mundial de los steak houses, pues las mejores carnes del mundo las tenemos aquí, según el prestigioso diario The New York Times.

#steakhose @asador #comer en coruña

DIVINO STEAK HOUSE

Estación O Burgo

Rúa Ramón Cabanillas, s/n

15670 Culleredo, A Coruña

Tel. 881 91 44 12

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