PASTELERÍA DORIEL – ARIEL MENDIZÁBAL PASTELERO

He de admitir que las tartas y pasteles no son mis bocados favoritos. Curiosamente, antes de conocer a Ariel Mendizábal sólo tomaba los pasteles de Paco Torreblanca, uno de los grandes maestros de la pastelería mundial. Más tarde, me enteré que Ariel, además de haberse formado en reconocidos obradores de toda Europa, también pasó por el obrador de Torreblanca en Alicante, adquiriendo esa clase especial que tienen los grandes maestros pasteleros con sello de autor.

Y no es que lo diga yo, sino premios como el mejor Maestro Chocolatero de España, el de la Mejor Pieza Creativa o el representar a España en la Copa del Mundo de Pastelería en la localidad francesa de Lión, son algunas pinceladas de su currículum que lo corroboran. Ahora, si tengo que encargar una tarta, no dudo ni un segundo que he de ir a la Pastelería Doriel, pues con Ariel con sus conocimientos y su mujer Delia con su simpatía sé que me prepararán una dulce sorpresa. Generalmente me inclino por el chocolate en todas sus formas pero recuerdo el trampantojo de bocadillo de calamares que hizo para una fiesta de aniversario del restaurante Bocanegra, en A Coruña, con el que sorprendió a todos los grandes chefs de Galicia, empezando por Pepe Solla. Por cierto, que muchos de estos chefs confían en las manos de Ariel para que le aporte el toque dulce a sus cartas.

Y es que Ariel es el punto dulce de la alta restauración en la ciudad de A Coruña. Pero el día a día es importante, y esta pareja lo sabe. Durante la pandemia, hicieron unos huevos de pascua, la monas, con figuras de sanitarios, policías, bomberos y barrenderos, que repartieron a modo solidario por toda la ciudad, en señal de agradecimiento a este ejército de super-héroes. Valrhona, Cacao Barry y Callebaut son las tres marcas de chocolate premium con las que trabaja tartas y bombones y como el dice, la harina es únicamente un ingrediente para ligar masas por eso la usa lo mínimo posible, al igual que la margarina, que tiene absolutamente prohibida la entrada en su obrador. Recuerdo una vez que me sorprendió con una tarta con una tabla de surf, para el cumple de mi sobrino el surfero, otra vez con un unicornio para mi sobrina más pequeña y así en más ocasiones. Pero esta última vez, fue un dos en uno pues como regalo de cumple de Ana hizo una tarta en la que regalaba flores y bombones a la vez.

La imágenes hablan por sí solas pero el dulce de leche con chocolate estaba “que se salía”. Tuve la suerte de recibir una pequeña tutorial de la mano de Ariel en el hotel Finisterre, donde nos enseñó algún que otro truco pero la perfección en sus creaciones, no es ningún truco. Es el fruto de la experiencia y del trabajo duro del día a día para endulzarnos la existencia. ¡Gracias Ariel!