Marcos Granda acaba de ganar dos estrellas másn por sus restaurantes de Gijón y Madrid, que se añaden a las cinco que tenía. Nunca pensó que como un «simple camarero» conseguiría llegar a la élite de la gastronomía
En la entrega de premios de la guía roja, celebrada a finales de 2023 en Barcelona, el empresario y sumiller Marcos Granda (Sotondrio 1976) aunque a él le gusta que lo llamen camarero, consiguió llevarse otra de las estrellas a su querido Principado, y a la que ya tenía en Ribadesella, en el restaurante Ayalga, suma la de Gijón. También en esta edición recibió otra por Toki (Madrid) a las que hay que añadir las cinco con las que ya contaba.
Marcos tiene muy claro que para dar un buen servicio el número de comensales ha de ser reducido con el objeto poder prestarles una atención personalizada. En el nuevo restaurante de Gijón, el planteamiento que le ha llevado a obtener la primera estrella en tan solo seis meses desde su apertura ha sido el concepto hygge. Esta filosofía de vida importada de los países nórdicos, y hasta ahora poco conocida, se ocupa de crear espacios íntimos, para que en este caso, al tratarse de un restaurante, la comida sea el centro de atención. Si quieres verlo con más detalle pulsa aquí para ver el reel de nuestra visita.
Para ello, las maderas nobles y las luces tenues predominan en el ambiente y para recibir al cliente, y nada mejor que una barra a modo de repostería en la que ofrecen un entrante dulce para hacer más sorprendente y agradable las estancia. Tras un relajado aperitivo en la biblioteca del restaurante, frente a una hipnótica chimenea camuflada en la pared, se atraviesa una fantástica bodega con exclusivos vinos de las mejores regiones productoras de todo el mundo, para acabar en un espacio habilitado para 12 comensales, todos ellos con vistas a una cocina que es el centro de atención de todo lo que sucede en esta estancia.
El chef Marcos Mystri, que dirige los fogones con la maestría adquirida en otro restaurante de Marcos Granda, Skyna en Marbella, con dos estrellas Michelin, aporta toques sureños en sus creaciones, a pesar de su ascendencia británica. Producto local y elaboraciones sencillas componen un menú marcado por la estacionalidad y el respeto por las materias primas. La experiencia hygge, que promueve la sensación de confort y bienestar en cada detalle, se ve reforzada por el atento servicio de sala al mando de Covadonga Fernández, procedente de Ayalga, el restaurante que tiene en el hotel Villa Rosario en Ribadesella.
El conjunto de detalles logra que el comensal entre en una especie de aislamiento en el que el paladar es fundamental, además de la puesta en escena de los platos, ya que son elaborados a la vista de todos los clientes. A pesar de que los inviernos gijoneses no son tan fríos y largos como los daneses, de donde procede el término hygge, la sensación de aislamiento y bienestar que nos ofrece Marcos Granda en el restaurante que lleva su nombre es una experiencia única, aunque al salir podamos disfrutar de un estupendo día de sol en la cercana playa de San Lorenzo.
En esta ocasión degustamos un menú estacional, en tres espacios distintos que fue un recorrido por la gastronomía asturiana y sus excelentes materias primas. El chef nos recibe en la entrada, que en lo que era el mostrador de una antigua pastelería. donde nos sorprende con los dos primeros pases, una bebida detox refrescante y una especie de macarón. Sorprende empezar por una parte dulce.
BIENVENIDA – PASTELERÍA
Detox de naranja pomelo y limón.
Manzana y yogurt,
A continuación pasamos a un agradable salón con chimenea donde nos sirven cuatro aperitivos elaborados con mucha imaginación. Recuerdos de la gastronomía asturiana tradicional con técnicas actuales, especialmente con el Hueso de pitu de caleya.
COMENZAMOS – SALÓN CHIMENEA
Tartaleta de corvina.
Patata souflé, queso ahumado de Pría y jamón de pato.
Hueso de pitu caleya.
Esférico de maíz dulce.
El maridaje con el champagne va perfecto. Atravesamos la bodega para sentarnos en la cocina que es a su vez comedor y que está a la vista desde las 12 plazas que tiene el restaurante.
CONTINUAMOS – COCINA
Tartar de atún y pistacho.
Tallarines de calamar, consomé de jamón y su pan chino.
Gazpachuelo de ajo negro y anguila ahumada.
Setas de temporada con su galleta y su consomé.
El chef Marcos Mitry está muy atento a todos los pases.
Rape del Cantábrico con beurre blanc de yuzu.
Ciervo, remolacha y chirivía.
FINAL DULCE
Pasión, pera y vainilla.
Selva negra.
El árbol de Ángela.
Hemos disfrutado de una experiencia única, disfrutando de la cocina en directo y degustando unas excelentes materias primas en puntos de cocción perfectos y con unas combinaciones de ingredientes y sabores espectaculares. El servicio ha sido cercano y respetuoso y la selección de vinos de la mano de Covadonga Fernández ha sido muy acertada.
Dirección: