POLENTA E FORMAGGIO

Aunque el plato suena a Italia, estamos hablando de un ingrediente que ya se usaba desde la antigua Grecia con distintos cereales y a raíz del descubrimiento de América se comenzó a hacer con maíz, que es tal y como la conocemos ahora. A pesar de que su origen está en el Mediterráneo, su consumo se extendió por todos los países limítrofes, concretamente en los del Este de Europa y Rusia, además de que, como plato Italiano, acabó en Argentina y resto de países americanos como fue típico en la gastronomía trasalpina. El bocado que proponemos hoy es sencillo pero muy apetitoso y nos trae un sabor tan arraigado en la zona de los Alpes, que con el Gorgonzola vamos a tener recuerdos de los quesos de Suiza y platos austriacos. En esta ocasión utilizamos una polenta de elaboración rápida así como una ligera fritura que le dará consistencia y textura. Como canapé es sencillo, contundente y muy adecuado para comenzar con un menú basado en caza o platos otoñales. La salvia de dará un toque fresco y elegante.

INGREDIENTES PARA CUATRO PERSONAS

125 g de polenta

100 g de queso Gorgonzola

1 Cucharada de queso Parmesano en polvo

Salvia

Sal

Pimienta

Agua

ELABORACIÓN

Comenzamos preparando la polenta según las instrucciones del fabricante. En este caso la dejamos un minuto más con el objeto de que tuviera la consistencia suficiente para su posterior fritura. Una vez cocida la ponemos en un molde rectangular y dejamos enfriar para posteriormente cortarla en piezas como se pueden ver en la fotos y freir a 180ºC durante unos 5 minutos.

Retiramos del aceite, escurrimos y ponemos un poco de queso Gorgonzola fundido por encima y acompañamos con una hoja de salvia que previamente hemos secado en el microondas un par de minutos.

 

PRESENTACIÓN

En una fuente espolvoreados con un poco de queso Parmesano finamente rallado.

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