Eso de pronunciar cinco consonantes seguidas, de inmediato nos está recordando a una palabra de los países del este de Europa. Más concretamente a lo que la mayoría cree que es una crema de remolacha, aunque en realidad es una sopa con base de carne y remolacha. El origen, como otras muchas cosas, se lo disputan entre ucranianos y rusos aunque también en sus distintas modalidades está extendida por todos los países del norte europeo. En esta ocasión vamos a tratar de cocinar la versión original, que parte de un caldo de ternera para luego ir completando con distintas hortalizas. Aunque también hay una versión fría en la cocina rusa, la que hoy nos ocupa es un reconstituyente tras una jornada de invierno para calentarse y reponer fuerzas. Los vegetales se podrían triturar pero es mucho más interesante disfrutar de las distintas texturas y de los tropezones de carne. Por cierto, las remolachas al horno le aportarán un sabor distinto que si las cocemos en agua. Eso sí, el color granate intenso y los aromas nos indican que estamos ante una sopa muy exclusiva, a pesar de que es un plato muy popular.
INGREDIENTES PARA CUATRO PERSONAS
Para el caldo:
1,5 l de agua
300 g de costilla de ternera
2 Zanahorias
1 Cebolleta
1 Dientes de ajo
1 Hoja de laurel
Unas hojas de perejil
6 Bolas de pimienta negra
Sal
Resto de ingredientes:
3 Remolachas frescas
¼ de repollo
1 Zanahoria rallada
1 cebolleta
1 Patata
Aceite de oliva virgen extra
Nata agria
Perejil
Sal
PREPARACIÓN
Hacemos un caldo poniendo todos los ingredientes bien limpios en una olla. Los dejamos cocer durante un par de horas a fuego suave hasta que la carne esté tierna. Rectificamos de sal.
Ponemos las remolachas bien envueltas en papel de aluminio en el horno a 220º durante 40 minutos. Retiramos, pelamos y reservamos.
En una sartén con muy poco aceite pochamos la cebolleta cortada en tiras, añadimos media remolacha asada también en tiras y ponemos el tomate concentrado. Dejamos sofreir durante 5 minutos a fuego suave.
En una cazuela ponemos el caldo colado a hervir, añadimos la patata y la remolacha cortada en trocitos, el repollo cortado en tiras, la zanahoria rallada y el sofrito de remolacha cebolla y tomate. Dejamos cocer a fuego suave durante 30 minutos. Ya sólo nos queda añadir la carne de las costillas limpia y troceada. Rectificamos de sal.
PRESENTACIÓN
Echamos la sopa muy caliente en un bol, ponemos una cucharada de nata agria y terminamos con un poco de perejil picado. Seguro que un ruso y un ucraniano nos dirían que no tiene nada que ver con su Borscht, pero también estoy seguro que se lo comerían todo sin rechistar siempre acompañado de un buen trago de vodka. ¡Vashe zdorovie!
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