Lisboa, con el paso de loa años se ha convertido en una de las ciudades más cosmopolitas de Europa. Sólo hay que fijarse en el nivel gastronómico que está alcanzando con aperturas de mercados y exclusivos restaurantes. Una buena prueba de ello es Plano Restaurante del chef Vitor Adao. De entrada, sólo se abre para cenas y a ser posible, si el tiempo lo permite, al aire libre, en un coqueto jardín al lado de una piscina. El chef trata de que el comensal se olvide de todos los problemas y se centre en disfrutar de la comida. Crea de entrada un ambiente de oscuridad que va iluminando a medida que avanza la cena que es un menú cerrado. No hay posibilidad de elegir en la carta, paro sí de seleccionar el número de platos que más nos apetezca. Es una cocina de producto local, con toque tradicionales e innovadores a la vez que varía según la temporada en la que nos encontremos. Y es que los orígenes cercanos a Chaves se dejan notar en la manera de trabajar de Vitor. También se nota su paso por los fogones de chefs tan relevantes como Rui Paula. Tuvimos la suerte de conocerlo en un espectacular evento, Chefs on Fire, en Estoril, donde hizo una demostración de todos sus conocimientos a la hora de cocinar unas truchas de su región con el elemento más básico de todos los tiempos: las brasas. Pero en su restaurante todo es mucho más refinado y se disfruta en la elegancia, sencillez y armonía que desprenden sus platos.
En esta ocasión comenzamos con un aperitivo que consistía en una papada de cerdo cocinada a baja temperatura con salsa tártara y un risol, especie de croqueta de camarones. Lo acompañamos con un vino espumoso del Douro.
Los entrantes lo tomamos con la tenue luz de una vela (perdón por la calidad de las imágenes) que te ponen en la mesa, pues el resto está prácticamente a oscuras para que, según el chef Vitor Adao, te puedas concentrar en los bocados.
El siguiente pase fueron unos entrantes típicos portugueses que le llaman “Momento Portugal” como el jamón de ”porco preto”, queso del Alentejo amanteigado premio nacional 2020 y aceite de oliva extra virgen de Trasosmontes. Producto tradicional portugués de máxima calidad.
Continuamos con un Falso tomate de mascarpone y tomate con una salsa realmente interesante. No podían faltar este tipo de trampantojos en una cocina creativa pero con respeto al producto local.
Espectacular el Carabinero de la costa de Sagres con su crema, y caviar ostra… Una combinación de lujo.
La corvina, con muy buen punto de asado iba acompañada con una especie de puré de patata con vinagre muy rico y que nos recordó a las famosas patatas revolcones de Salamanca.
El tartar de atún con salsa de perejil y crujiente de aceite de oliva, plato refrescante para la noche de lisboa muy bien ejecutado.
Finalizamos con Bizcocho de pera cubierto de cacao con mouse de chocolate acompañado de pistachos, lemon curd y almendras. Una buena sobremesa para un menú abundante para la cena.
Vitor Adao desprende cercanía por los cuatro costados, al igual que su cocina basada en la tradición pero con técnicas y toque actuales.
El ambiente en el jardín es uno de los más cool actualmente en Lisboa.
Al chef Vitor le gusta hacer conservas naturales con todo tipo, de vegetales encurtidos, que guarda en el interior del restaurante. También tiene una estancia en la estupenda bodega donde catar los vinos con tranquilidad.
PLANO RESTAURANTE
Rua da Bela Vista à Graça 126,
1170-055 Lisboa, Portugal
+351 933 404 461
Apetecible. Tomo nota del sitio, al que me acercaré a la primera de cambio. Portugal debería de tener un mayor reconocimiento por la calidad de su cocina del que le dan las grandes Guías internacionales. Se lo merecen los cocineros portugueses.