Podríamos decir, aunque sea un disparate, que la sopa de tomate es como un gazpacho caliente. Me explico, la verdad es que tiene poco y mucho que ver con el gazpacho. Poco, desde el punto de vista de ingredientes, elaboración y temperatura pero mucho, desde el punto de vista de la receta. Ésta, al igual que la del gazpacho, puede variar según la región o incluso la zona, y es muy difícil encontrar dos recetas iguales de sopa de tomate. ¿La solución? La que popularizó el artista norteamericano Andy Warhol en 1962, inmortalizando en sus lienzos 32 latas de sopa de la marca Campbell, entre las que se encontraba la famosa “Tomato Soup”. Pero la estaba retratando ya de sesentona, porque en realidad la famosa sopa condensada de tomate la hicieron por primera vez en 1902. En los Estados Unidos se popularizó por su facilidad de uso y aporte de vitaminas para los escolares. A ella, se le unió el típico sándwich de “queso americano” y así surgió la combinación sopa & sándwich. Si le preguntáramos a un joven norteamericano porqué se toma así, seguro que nos diría “porque de toda la vida se ha tomado así”. Nosotros lo único que hemos sustituido la sopa de lata por una un poco más natural, y de carácter mediterráneo, pero hemos mantenido el sándwich para mojar. Y si me preguntaran porqué la tomo así, la respuesta es muy sencilla: porque está riquísima.

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

8 Tomates maduros de buena calidad.

1 Pimiento rojo.

½ Cabeza de ajos.

AOVE

Sal

4 Rebanadas de pan de pueblo.

8 Lonchas de que so cheddar.

Unas ramas de tomillo.

ELABORACIÓN

La elaboración es muy sencilla. Para ello vamos a lavar bien los tomates y el pimiento. Vamos a poner en una bandeja de horno junto con la media cabeza de ajo los tomates enteros y el pimento limpio troceado, con un chorro de aceite de oliva extra virgen por encima. Vamos a tapar con papel de aluminio y vamos a hornear durante 20–30 minutos a 220º C. Cuando comiencen a dorarse, retiramos, escurrimos y pasamos por la batidora excepto el diente de ajo hasta obtener una crema fina. Si nos gusta mucho el ajo podemos añadir un poco de la pulpa de ajo asada y batir. Podemos aligerar la consistencia añadiendo el jugo junto con el aceite que han soltado al hornear. Ya sólo nos queda rectificar de sal. ¡Ah! Nosotros le pusimos un poco de tomate concentrado cuando batimos todo, para darle un poco de color y reforzar el sabor, peor no es necesario. Para hacer en sándwich, primero tostamos las rebanadas de pan. Ponemos dos de ellas con el queso repartido por encima y metemos en el grill hasta que el queso se funda. Es el momento de taparlas y servir de inmediato.

PRESENTACIÓN

En un bowl, nosotros en este caso usamos unos monísimos hechos a mano de Branqueta, de Artesanía de Galicia, servimos la sopa muy caliente, ponemos un poco de tomillo y acompañamos del exquisito bocado de queso cheddar. Por cierto, los bowles, al estar hechos a mano, son unos distintos a otros. ¿No os recuerda en cierto modo las distintas sopas de tomate?

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