También podríamos llamar a este bocado muy canalla huevos “non stop” ya que es apto para tomar a cualquier hora del día, desde el desayuno, pasando por un brunch o por un divertido drunch. La base, por supuesto, son los huevos que recuerdan un poco a los Benedictine ya que son escalfados con una especie de holandesa. El jamón, que a de ser de muy buena calidad le da un aire ibérico y los espárragos un toque vegetal fresco. El resultado es una increíble mezcla de sabores que nos aportará la energía suficiente para afrontar el día desde el principio o el baile del final del día. Y es que nuestro ritmo es “non stop”.
INGREDIENTES PARA CUATRO PERSONAS
4 Tostadas de nuestro pan favorito
4 Lonchas de un buen jamón ibérico
8 Espárragos de Navarra
4 Huevos
6 Yemas de huevo
Mantequilla
Pimienta
ELABORACIÓN
La elaboración es muy sencilla y únicamente hemos de prestar un poco de atención a la hora de manipular los huevos. Comenzamos escalfando los huevos en agua con un poco de vinagre. Ya sabéis, de uno en uno y poco más de un par de minutos con el agua hirviendo muy suavemente. Reservamos sobre papel absorbente con cuidado de que no se rompan. Ponemos en una sartén una cucharada generosa de mantequilla. La derretimos a fuego muy suave y seguimos con la sartén prácticamente templada echando las yemas de huevo batidas y removiendo constantemente hasta que adquiera una consistencia de salsa o crema. Esta operación también la podemos hacer al baño maría. Cuando obtengamos la consistencia deseada, salamos.
PRESENTACIÓN
Sobre la tostada ponemos una loncha de jamón, sobre esta un par de espárragos sobre los que pondremos un huevo escalfado y terminamos con una cucharada de la crema de huevo y un poco de pimienta molida. Opcionalmente lo podemos gratinar durante un minuto y… ¡a seguir disfrutando con este sabroso aporte de energía!
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