Recientemente, las visitas a las baterías militares de Ferrolterra, (pincha aquí para ver el video de todas ellas) me han recordado a los recursos y la manera de mostrarlos que existen en ciertos países, con esta modalidad de turismo conocida como bélico o militar. Una de ellas, fue hace años motivo de un viaje a  la localidad francesa de Romchamp, en concreto a visitar la capilla de Notre Dame du Haut que, a pesar de su cercanía a Suiza, fue arrasada en la II Guerra Mundial y reconstruida brillantemente por Le Cobusier, convirtiéndose en uno de los ejemplos de arquitectura religiosa del S. XX. Quizás los franceses son los que más han aprovechado los recursos de la Gran Contienda, explotando con todo tipo de visitas y museos la costa de Normandía. También se me ha venido a la cabeza el hotel Holiday Inn de Sarajevo, construido para las Olimpiadas y convertido en referencia de la Guerra de Bosnia, por dar alojamiento a los cronistas internacionales, en el que os puedo asegurar que cuando me alojé, en 2006, todavía conservaba los daños que sufrió en numerosos ataques. Recuerdo también, en un viaje por las Repúblicas Bálticas que en la capital de Letonia, en Riga, el mercado cubierto más grande de Europa está ubicado en unos antiguos angares que albergaron los Zeppelienes alemanes. Más recientemente, en EE.UU, en un viaje a las Vegas, no me pude resistir al atractivo turístico de la base Militar de Fort Irwin, o en Malta, a todo el circo que han creado en su capital, La Valetta, alrededor de todos  los sucesos y construcciones por su localización estratégica en la II Guerra Mundial. Pero… ¿Para qué ir tan lejos si tenemos unos excelentes recursos en la comarca de Ferrol? Os puedo asegurar que son comparables, excepto por su estado de conservación, a todos los que podemos encontrar por el mundo adelante, con unas vistas impresionantes, pero además con un plus: la excelente gastronomía de la zona basada en el producto. Desde Cabo Prioriño hasta Ortegal, tenemos una costa privilegiada con enormes acantilados y amplias vistas, que los militares no desdeñaron hace más de un siglo para montar baterías defensivas que nunca se llegaron a usar. Ahora, que los bancos «con vistas» se han puesto muy de moda y han dado visibilidad a ciertos lugares, nosotros, hemos inventado el mejor banco del mundo y este no es otro que el que te acompaña a la vista que más te puede impresionar. Así que… Ni cortos ni perezosos, hemos cogido nuestro banco particular, lo hemos plantado en las batería militares de la  costa de Ferroleterra y hemos disfrutado de las vistas que los militares vigilaban antaño. Por cierto, esos soldados estaban deseando que llegara la hora del bocadillo, así que,, como homenaje a todos ellos, a los productos de la comarca y a su cultura gastronómica, hemos acompañado cada vista desde las baterías con un bocata que hemos disfrutado cómodamente desde nuestro banco. El resultado, espectacular y la experiencia, una explosión de sabores, paisajes y recuerdos. Recomendable al cien por cien. Os dejamos aquí un pequeño resumen de estas mini escapadas que hemos disfrutado y saboreado. como si nos trasladáramos al mejor lugar del mundo, prácticamente sin salir de casa.¡Eso sí! Nos hemos puesto en forma con tanta cuesta arriba.

Comenzamos en los dos castillos que vigilan la Ría de Ferrol, La Palma y San Felipe y tuvimos la suerte de despedir al buque de la Armada Australina, Supply, que acababan de construir y botar en los astilleros Navatia, despidiéndolo en su viaje a la otra punta del mundo.

Y nada mejor que despedirlo tomando un bocadillo de pulpo, al estilo de la cercana localidad de Mugardos. Pan cristal, cebolleta confitada y pimientos asados con un poco de pimentón y un buen aceite de oliva. Sabores tradicionales que se llevan a las antípodas como recuerdo.

Desde la entrada de la Ría nos fuimos hasta la Batería de Monteventoso. Para nosotros es desde la que más vistas se dominan, ya que en un día claro podemos divisar desde las Islas Sisargas, frente a Malpica. hasta los acantilados de Cedeira. Nada mejor para ello que un buen bocata de marrajo.

Para ello no nos olvidamos que a nuestro espalda tenemos toda la zona agrícola de O Val, así que decidimos ponerle un toque fresco con los Pimientos del Couto a este mini pan tostado con un poco de ajo negro untado y brotes germinados de rábano para obtener una pizca de picante. Complejo, como las vistas que tenemos desde este baluarte y toda su comarca.

Tratando de poner los pies en el suelo, bajamos por el mismo monte y nos encontramos un poco más abajo con la Batería Pieiro.

Para ello repusimos fuerzas con un taco de ternera de A Capelada, que habíamos visto días antes en la escarpada sierra del mismo nombre en Cedeira. Bistec de estas reses en libertad que completamos con un pico de gallo (tomate, pimiento verde, chacota y cilantro picados) y salsa de chilplotes. Con un poco de lima parece que estamos divisando más allá de Coruña, la costa Mexicana.

Pero volvamos la vista al Este y a la ciudad de Ferrol. Desde la batería de La Bailadora, observamos la Ría en toda su dimensión con todos los montes limítrofes con la provincia de Lugo y todas la comarca del Mandeo.

Para disfrutar de la ría, nada mejor que un pan de centeno con el cefalópodo típico, el choco, con una mayonesa con tinta de calamar, aceitunas verdes y perejil picado. Sabores para recorrer a vista de pájaro la ciudad departamental con los castillos a nuestros pies.

Desde allí visitamos la Batería de Segaño, con la bonita playa al fondo.

Nada mejor que con estas vistas hacia la comarca del Eume, montemos un bocata sobre pan de queso con sus famosas sardinas lañadas (sardinas crudas desepinadas curadas en sal y azúcar parte por parte durante 20 minutos) con su queso de A Capela, hinojo a la plancha y piparras.

Mereció la pena subir hasta aquí, pues divisamos frente a nosotros la Batería Sudova, en la punta Chanteiro y tras ella una bonita estampa de la ciudad de La Coruña. Por supuesto, después el merecido bañito en la playa que tenemos a nuestros pies. De una de las baterías más al oeste, nos trasladamos en dirección opuesta hasta Cabo Prior.

Prior es una de las más extensas, por sus varias construcciones y la mejor conservada.

Desde arriba extendemos la vista hacia los montes que protegen la localidad de As Pontes, famosa por sus setas. Nada mejor para degustar un bocata de setas con bacon y mostaza sobre un revuelto de huevos y cebollino picado. Se completa con un tierno pan de semilla tostado. La sal la pone la brisa marina…

Otra vista de Prior desde la plataforma donde montaron los cañones Vickers, en su tiempo los más grandes del mundo y que protegieron el flanco noroeste de la costa española, como medida preventiva, sin llegar a usarse.

En Prior también divisamos la extensa playa de Cobas y toda la comarca. Hacia el oeste las vistas son espectaculares.

Desde abajo, en Prior Norte, tendríamos la localidad de Cariño a pocas Millas es línea recta. Nada mejor para recordarlo que este bocata de congrio en aceite de la única conservara que queda en la localidad costera, junto con unos brotes espinaca, cebolla frita crujiente y pimentón de La Vera picante.

Terminamos en Punta Frouxeira, desde donde las vistas hacia cualquier punto cardinal son impresionantes. El mar que se nos abre ante nuestros ojos nos sugiere recursos y pesca. Y nada mejor que materializar este sentimiento en un bocata de merluza de volanta de Cediera rebozada, junto con lechuga, repollo, tomate, pepinillos y mucha, pero que mucha mayonesa al estilo de los Po Boy de New Orleans.

Estamos en la batería más oriental. Desde aquí nos acordamos de uno de los enclaves también más al oeste de la comarca, Espesante. De ahí, es típico un vecino, Antón, que no es otra cosa que un cerdito que anda suelto por la localidad y que alimentan generosamente sus vecinos, reservándole hasta un lugar en la playa para que viva a cuerpo de rey. Pero… A todo cerdo llega su San Martín así que tras meses de vivir a sus anchas, en invierno se sortea y generalmente acaba indultado. Hemos querido rendir homenaje toda la comarca con este bocata de costilla de cerdo asada con salsa barbacoa, bacon, queso, jalapeños y terminar con un huevo frito.

Hasta aquí nuestro fructífero y divertido recorrido Batería, Banco, Bocata, BBB, por la comarca de Ferrolterra. Hemos descubierto un potencial turístico con recursos militares, acompañado de los mejores productos que nos ofrecen sus costas , agricultura y ganadería. Esperamos que con el tiempo se vayan fusionando paisajes, hermosas vista y sabores y podamos poner a todo este patrimonio histórico a la altura de los que ya existen a lo largo y ancho del mundo, ya que forman parte de la vida de nuestros antepasados. Desde aquí, os animamos a que lo visitéis. ¡Merece la pena!

#unbancoparalabateria #bocatas gourmet

 

 

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